Intervención de Julio Martínez Calzón, presidente.
Mi mayor agradecimiento a todas las personas presentes, tanto particulares como pertenecientes a los medios de difusión. Sin estos últimos, sin vosotros, el mensaje que hoy pretendemos transmitir a la sociedad sería casi un imposible; y, por el contrario, vuestra aportación hará que la sociedad española pueda recibir este mensaje con completa excelencia y prontitud.
También, y muy en particular, deseo resaltar y reconocer, de la manera más sincera, la generosidad de la Fundación Telefónica por habernos ayudado brindándonos esta mágica posibilidad de presentar, en su sede oficial, la nueva iniciativa TerritorioGoya. Porque la Fundación Telefónica es, sin duda alguna, el mayor y más dotado amplificador posible en la escena española para un proyecto como el que vamos a presentarles. Y no sólo por ello, sino porque de esta manera viene a involucrarse, en alguna medida, en la aventura que hoy inauguramos, confiando en que ello sea sólo el comienzo de una más activa colaboración en los ámbitos en que su proyección territorial y la de su empresa matriz resultan trascendentes.
TerritorioGoya es una Asociación sin ánimo de lucro, constituida hace algo menos de un año por un grupo de personas del mundo artístico e intelectual español. Su objetivo primordial es el de contribuir a frenar la despoblación en la comarca de Belchite, en Aragón, planteando, a modo de laboratorio de ideas y proyectos, acciones colaborativas en los ámbitos del arte, la ciencia, la tecnología y la sociedad; entendiendo con claridad que dicho territorio se sitúa plenamente en esa aciaga situación de continua pérdida de habitantes, especialmente de jóvenes, que se desplazan a las zonas urbanas.
Consideramos, y de ahí el nombre de la Asociación, al insigne pintor Goya como símbolo inspirador de la misma; no solamente por haber nacido en Fuendetodos, pueblo de la comarca de Belchite, sino porque su figura resulta un referente fundamental, por su incansable canto a la paz, denuncia de la guerra, y descalificación a través de su arte de la envidia y la ignorancia, que han ceñido tristemente al espíritu español; pero la vez, con una exaltación profunda de la concordia y el raciocinio, para erradicar tales afecciones. Su obra y su pensamiento ofrecen una presencia virtual que otorga un intenso acompañamiento al proyecto, a través de un penetrante desarrollo simbólico-imaginativo.
El pueblo viejo de Belchite, sus ruinas, vestigio hoy en día excepcional y paradigmático de la guerra civil española, determinan otra formidable referencia testimonial, en asombrosa correspondencia con el pensar de Goya, para apelar a la paz en el mundo de manera insuperable.
Pretendemos, sin desdeñar en modo alguno las eventuales aportaciones de las administraciones aragonesa y española, convocar a todas las personas, especialmente como es lógico a las aragonesas, pero no exclusivamente, que por su estatus socioeconómico puedan aportar su interés y, como mecenas, contribuir económicamente a comprometerse en esta acción en favor del resurgimiento comarcal del campo de Belchite. A través, iniciáticamente, de la idea de impulsar, de la manera más activa posible, a que la villa de Fuendetodos pueda, en un tiempo más bien corto, llegar a ser comparable al Stratford-upon-Avon de William Shakespeare en Inglaterra, al Eisenach de Juan Sebastián Bach en Alemania, o al más próximo a nosotros, Figueras de Salvador Dalí.
Resulta verdaderamente indigno que la figura de Goya, universalmente aclamada, elogiada y ensalzada por la belleza, profundidad y trascendencia de su obra y su pensamiento, no tenga sino un sencillísimo museo en el lugar en donde nació; y como máximo ¿honor? que dé nombre a un premio cinematográfico.
Por ello, no como caridad, como limosna o como gesto forzado, sino con profunda convicción y dádiva de reconocimiento, deseamos apelar a cuantas personas puedan ayudar a cristalizar esta idea, a que la apoyen al máximo posible. En la consideración y creencia de que su aportación, a la par que dignificaría la presencia fuerte y atractiva de esta formidable figura de nuestra Cultura — con mayúscula –, contribuiría a un activo resurgir paralelo del territorio aledaño a su villa natal y, tal vez, más allá del mismo.
Sólo por contemplar la belleza de Fuendetodos y el espíritu latente que le envuelve, la visita al mismo y esas aportaciones requeridas resultarían recompensadas, como declaro que lo fueron para mí recientemente.
Se cuenta para ello con la estructura, con el esqueleto resistente inconcluso, de un importante edificio destinado a museo, que no fue continuado a causa de la pasada crisis y que apropiadamente cerrado y acondicionado, en sucesivas y modestas etapas, podría convertirse, a no muy largo plazo, en un importante centro museístico — aún inexistente — del trabajo goyesco; donde se centralizaría en el futuro: la investigación, la difusión y la atención activa del pensamiento y obra del pintor.
Se poseen algunos materiales e ideas fuertes para ese centro:
– Cerca de 3000 originales de obras de grabado, serigrafía y litografía, es decir obra gráfica, de muchos artistas españoles que, al trabajar en los talleres artísticos que se realizaron en el pasado, donaron una de las obras realizadas al pequeño museo actual; y que están provisionalmente guardadas, sin su posible y adecuada exhibición.
– Disponer dos o tres grandes pantallas que, en muy alta resolución permitan visualizar, de manera excepcional, intensamente, la totalidad de la amplia obra de Goya; imposible de poderla visitar en la realidad, ni por asomo, debido a la enorme dispersión de la misma en el mundo. La visión en tales pantallas transmitiría, de manera impresionante, por su calidad y detalle, todo el rigor y fuerza de la obra global del artista, ofreciéndonos en forma inmejorable el hondo espíritu de su arte, aprovechando los recursos tecnológicos de nuestro tiempo y, en los cuales, una presencia como la de Telefónica resulta capital.
– Un centro documental que llegue a ser referente futuro para los investigadores goyescos de todo el mundo.
– Un territorio próximo, con una magia impresionante y con lugares inesperados que, en todo momento — posiblemente de manera no casual — parecen relacionarse íntimamente con el espíritu fuerte y tremendo de la obra de Goya. Y en especial el Pueblo Viejo de Belchite, como extraordinario proyecto de Memoria y Arquitectura. Todo ello vinculado con ideas acerca de intervenciones artísticas en el paisaje (land art); colaboración memorística y tradicional de los habitantes de la zona; etc.
Esta Asociación, concebida hace ya casi tres años, original y primordialmente por el impulso de Ricardo Calero, artista escultor aragonés que, al tener su taller en Fuendetodos, posiblemente incitado por los dioses del lugar o quizá directamente por el espíritu latente de su paisano Goya, fue iluminado, para dedicar una apreciable parte de su actividad personal a transmitir a algunos amigos su idea. De manera qué, en 2018, lograría concitar a 22 profesionales de muy diferentes disciplinas, mayoritaria pero no exclusivamente aragoneses, a constituir esta propuesta que hoy presentamos.
Con la gran colaboración de Teresa Luesma y José Luis Melendo, de las administraciones culturales oscense y aragonesa, respectivamente, pero básicamente colaborando en sus tiempos libres; la magnífica y necesaria gestión de Rosina Gómez-Baeza y Lucía Ybarra; y la inestimable colaboración de los alcaldes de Belchite y Fuendetodos, la Asociación quedó constituida para tratar de dirigirse a partir de ahora hacia los objetivos antes descritos.
No quisiera dejar de mencionar dos ideas fuerza que se pretende que nutran e impulsen el proyecto:
a) Resulta cada vez más necesario tender puentes entre los mundos rural y urbano; hacer que estos dos universos se relacionen entre sí de modo creciente es realmente importante, ya que ambos se requieren por sus contrapuestas carencias y posesiones:
– naturaleza y humanidad, propias del ámbito rural;
– cultura y tecnología inteligente, activamente desarrolladas en el urbano.
Las sinergias y las capacidades trenzadas de estos dos ámbitos constituirían, sin duda alguna, una entidad potencialmente mucho más elevada que la simple suma de sus posibilidades separadas.
b) El turismo comprometido, en el cual muchísimas personas, en general cultivadas, requieren cada vez más que sus viajes incluyan experiencias cualificadas, que magnifiquen y eleven la relación de la persona con la esencialidad del mundo. Este tipo de centros y lugares, tales como Belchite y su pueblo viejo, Fuendetodos con sus recursos antes señalados, y otras localidades y lugares cercanos de la comarca, con sus testimonios romanos, medievales, barrocos, etc., muy poco conocidos, pueden ofrecer todo ese bagaje de manera excepcional, dando lugar a la creación de toda una gama de actividades de restauración, artesanía, cultura, etc. en la zona.
No puedo extenderme más en otras múltiples ideas en germen, relativas a la dinamización de las economías y modelos estructurales activos; gestión de nuevos sistemas e instalaciones; sostenibilidad; implicación ciudadana; smart towns and villages; startups o empresas emergentes e incipientes; etc.
Pero todo ello ha de ser fuente y consideración de situaciones que, a no muy largo plazo, pueden revertir en potencialidades capaces de impulsar ésta y otras comarcas.
Ha sido una enorme casualidad que en estos días previos se hayan suscitado y manifestado unas enormes reclamaciones populares acerca, precisamente, de las circunstancias de despoblación y recursos decrecientes de numerosos territorios y lugares de España.
El proyecto TerritorioGoya no es, en absoluto, político; sino que ha sido concebido como una línea precisa y particular para intentar resolver esas tremendas deficiencias de la sociedad actual pro urbana, desde una propuesta que ha partido exclusivamente de la iniciativa civil privada. Línea que podrá ser o no integrada dentro del conjunto de otras muchas formas posibles de actuación, a igual o mayor nivel y con otros o similares objetivos.
Lo que sí me gustaría poner de manifiesto, finalmente, son algunos términos que en TerritorioGoya consideramos de vital importancia:
Existen profundos recursos en la industria y técnica de la sociedad urbana, que podrían ser intensamente beneficiosos para la tierra y los lugares rurales; y viceversa. Apoyando para que el abandono no se produzca; mediante el trabajo a distancia, más económico y colaborativo, a través de las potentes comunicaciones actuales (nuevamente la gran importancia de Telefónica en este apartado); sostener las cualidades fundamentales de ambos medios; remarcar sus valores e impulsarlos; generar inquietudes; crear amistades campo-ciudad resulta trascendente; vivificar e interactuar; trabajar en el binomio contaminación versus pureza, no solo del aire, sino del espíritu de las personas de ambos mundos.
Ir hacia una idea de organismo, más allá de la mera sociedad actual nuestra; como la célula del pie no es, en nuestro organismo, menos importante que la neurona, y todos lo sabemos, cuando nos ocurre un percance local, como el resto del organismo se concentra y desvive en auxiliar y curar la zona dañada. Por ello, cada persona, por humilde que sea su trabajo debe ser radicalmente alabada en el correcto cumplimiento del mismo; porque es tanto o más necesario que el ilustre o el superior. Todos somos imprescindibles; y, cada vez más, deberíamos tener esto como algo fundamental que, a través de esa relación campo-ciudad puede percibirse agudamente.
Muchísimas gracias por su atención.