PASTOR DE HIGUERAS
Un proyecto de Javier Codesal sobre el Campo de Belchite y su memoria
Unos proyectos dan a nacer otros. El proyecto de recreaciones de las Pinturas Negras, «La intervención de lo Real», exigiólocalizaciones e instalaciones en los 15 pueblos del Campo de Belchite. Ello implicó que varios compañeros de Territorio Goya nos pateásemos todas esas localidades, conociéramos a sus alcaldes y vecinos, y pudiéramos escuchar, de paso, muchas historias. Estas historias nos hicieron comprender que la memoria oral era también parte del patrimonio de la comarca.
En otro proyecto posterior (realizado con ayuda de la DPZ, la publicación digital «15 elementos patrimoniales») se seleccionaría un valor patrimonial de cada pueblo. Varios de ellos fueron de carácter inmaterial, relacionados con la memoria oral.
Nos quedó la inquietud de profundizar en estas cuestiones. Uno de los artículos hablaba del recuerdo del tren de Utrillas en Valmadrid. Y otro, de la ermita de Sanched en Moneva, y del desvío del río Aguasvivas a un canal, haciéndolo desaparecer por un trecho. Ambos asuntos son de gran carga emotiva para los vecinos de la comarca, pues supusieron pérdidas irreparables. No obstante, más allá de casos concretos, se podían entender también ambas historias como símbolos, como datos significativos, desde un ámbito político y social, de lo que había sucedido en la España Vaciada en la década de los sesenta, del cambio que transformaría la vida rural, y que conllevaría su despoblación.
El testimonio oral es el más frágilde los patrimonios. Cuando alguien desaparece, desaparecen sus recuerdos con él, y parte de la memoria de la comunidad. Pensemos en que, a fecha de hoy, es ya imposible encontrar combatientes de la Guerra Civil, que den testimonio de lo sucedido en el frente. No se trata sólo de cuestiones sentimentales, sino de disponer de bases con que interpretar el presente.
Es por ello por lo que, desde Territorio Goya, se consideró relevante el encargar un proyecto artístico vinculado a la memoria. Dados los precedentes de sus trabajos más recientes, Javier Codesal (Sabiñánigo, Huesca, 1958) parecía el candidato idóneo para abordarlo. Pionero del videoarte en España, este artista ha manejado múltiples medios: la instalación, el vídeo, el cine, la fotografía, y también, de un modo importante, la escritura. Su currículo incluye exposiciones en algunos de los centros de arte contemporáneo más prestigiosos, como la Virreina, en Barcelona, o el MUSAC, de León. Su sensibilidad está muy cerca de la escucha, y el saber escuchar, o el dejar hablar se demuestran como una de sus virtudes. La memoria ha sido el asunto de varias de sus obras. También el medio rural.
Aceptando la invitación de Territorio Goya, Javier Codesal vivió unos intensos días en el Campo de Belchite, fijando su centro de operaciones en Fuendetodos, y visitando las localidades de Moneva, La Puebla de Albortón, Almonacid de la Cuba y Valmadrid. Acompañado del escritor y comisario de arte Manuel Olveira, y de compañeros de Territorio Goya, entrevistó y fotografió a vecinos que conocieron aquellas cosas desaparecidas, antes aludidas, el tren de Utrillas, el río Aguasvivas en Moneva, antes de ser canalizado. Tuvo también la oportunidad de grabar la voz del último cabrero de Fuendetodos.
Gentes y también lugares con memoria. Visitamos con él, antiguas estaciones del tren. Por ejemplo, la de Valmadrid, donde había vivido y jugado de niña la primera de nuestras entrevistadas, Isabel Latorre, hija del último jefe de estación del pueblo. En Valmadrid y en la Puebla de Albortón nos hablaron de aquel western que se rodó por allí, justo después de cerrarse la línea de Utrillas, en 1967, aprovechando que las vías no se habían levantado todavía. Visitamos ese lugar impresionante que es la Foz de Zafrané, término de La Puebla, donde una gran y solitaria pilastra queda como testigo del puente ferroviario destruido. Alrededor de ella, el vuelo de las grajas, en bandadas. Muy cerca, junto a la estación en desuso, la enorme cantera de mármol, ya agotada, que vivió sus tiempos mejores cuando proveyó, por ejemplo, a la fábrica del Pilar de Zaragoza.
En Moneva, las voces sabias e ingeniosas de dos veteranos, Venancio y Pascual, se trenzaron para hacer la crónica de otro tiempo, de cuando el río Aguasvivas pasaba todavía por el pueblo, y llenaba pozas en sus crecidas, que podían disfrutarse los veranos. Suyo, un certero análisis de la despoblación. Ellos mismos estuvieron entre los muchos vecinos que tuvieron que marchar a Zaragoza. Los años sesenta no sólo vieron canalizarse el río y desaparecer el tren.
Un momento singular fue la visita a la ermita de Sanched, en Moneva. En su interior, unas pinturas recientes, con escenas evangélicas tuvieron a gente de la comarca como modelos. Y el autor de esos murales es alguien que optó también por vivir en el medio rural: Jesús Barranco.
Una visita a Almonacid de la Cuba permitió entrevistar a este pintor y a Ángeles Ruz, y localizar alguno de los personajes pintados en su mural de Sanched. También sirvió para recorrer un tramo mágico del Aguasvivas, el que parte de la presa romana y se estrecha, paralelo al pueblo, por una sombreadafoz. En ese pueblo se conocieron historias sobre oficios desaparecidos, como la confección de horcas de madera, que tenía por materia prima los almeces que siguen creciendo en el lugar.
En este territorio, seco en lo fundamental, las higueras aparecen como un pequeño milagro allá donde pueden, configurando, muchas ocasiones, un elemento de relación entre lo privado (el huerto cerrado) y lo común (el camino), o la señal de la existencia de agua. Higueras, por ejemplo, junto a las estaciones de tren abandonadas. Esos árboles, o el pastoreo, en peligro extinción, se configuran como metáforas.
Producto de estas intensas jornadas ha sido un reportaje fotográfico, y algunas grabaciones de voces memoriosas. Importante contribución también, la de un texto elaborado por Manuel Olveira y Javier Codesal, que analiza, armado de bisturí crítico, el devenir del medio rural a partir de la experiencia de sus autores en la comarca. Debe considerarse todo ello, en cualquier caso, un trabajo preliminar. Esperamos poder construir sobre él un proyecto audiovisual más ambicioso.
ALEJANDRO J. RATIA
AGRADECIMIENTOS
A los alcaldes, concejales y alguaciles de todos los pueblos visitados, que nos facilitaron el trabajo y agasajaron, a todos sus vecinos y, en especial a quienes colaboraron más directamente:
VALMADRID
Isabel Latorre
Carmelo Montanel
MONEVA
Mari Paz Artal
Joaquín Angulo
Venancio Artal
Pascual Paracuellos
LA PUEBLA DE ALBORTÓN
Jesús Langa
Antonio Naval
FUENDETODOS
José Gracia (Pepe el cabrero)
Ricardo Calero (de Territorio Goya, que alojó en su casa a Javier Codesal y a Manuel Olveira)
ALMONACID DE LA CUBA
Ángeles Ruz
Jesús Barranco