CAMPO DE BELCHITE: 15 PUEBLOS / 15 ELEMENTOS PATRIMONIALES
5. MONEVA

 

Moneva, memorias de la Ermita de Sanched
Alejandro J. Ratia

 

El término de Moneva linda al sur con otros dos que son ya provincia de Teruel, Comarca de las Cuencas Mineras: Muniesay Blesa. Entre Blesa y Monevaconsta que existió en su día otro pueblo llamado Sanchet o Sanched, que quedó abandonado en el siglo XIV o incluso antes. Es citado en documentos del siglo anterior como lugar adscrito al arciprestazgo de Belchite.Después sus tierras fueron repartidas, no sin discusiones. De esas discusiones habla Francisco Javier Lozano Allueva en su estudio “Pleitos por lindes y disfrute de tierras comunes, entre la honor de Huesa y Moneva (Aragón) en la Edad Moderna y Contemporánea”. En aquel paraje fronterizo es donde se halla la ermita llamada de Sanched o Sanchez, que pertenece al término deMoneva, sucediendo, no obstante, que el paraje inmediato, donde se disfrutan los almuerzos tras la romería, es ya turolense.

 

En cualquier caso, esta humilde pero bella ermita medieval, del siglo XIV, es parte importante de las señas de identidad de Moneva. Cada año, a comienzos de mayo, el pueblo se reúne allí festivamente.

Dentro de ella nos espera una curiosa sorpresa. Bajo sus arcos góticos y encalados encontraremos unas pinturas murales que son muy recientes, puesto que datan de 2009/2010, y son obra del artista zaragozano Jesús Barranco –que es vecino de la comarca, establecido desde hace ya unos años en Almonacid de la Cuba. Un ejemplo de creador que busca su lugar en el medio rural.

Lo que veremos en las paredes son representaciones de la vida de Cristo, cosa que supondría nada extraordinario: el nacimiento, el sermón de la montaña, la resurrección de Lázaro, etc. Lo verdaderamente original es que todos los modelos de sus personajes sean vecinos de Moneva o de la comarca. Jesús Barranco cuenta que para resolver el casting tuvo que recurrir a gente de otros pueblos, pues algunos de los vecinos de Moneva tenía sus dudas sobre si dejarse retratar. El mismopintoraparece en una esquina, muy discretamente, casi escondido, vestido con una túnica, pero trabajando sobre un lienzo colocado en un caballete, y luciendo su bigote. Claro que nadie llevaba bigote sin barba en la Palestina de tiempos de Cristo.

Como si fuera un pintor medieval, Barranco ha practicado el anacronismo, y detrás del Cristo resucitado y de las santas mujeres (vecinas del pueblo), lo que se muestra es la iglesia de Moneva, con su inconfundible torre, recortada contra el bonito paisaje que ha excavado por allí el Aguasvivas.Lo que vemos se parece a una de esas representaciones, desde el Belén Viviente a la Pasión, en las que los habitantes de muchos pueblos se convierten en actores por un día. Pero aquí han sido inmortalizados. Una representación viviente eternizada en las paredes de la ermita.

Jesús Barranco tiene numerosas anécdotas sobre este peculiar trabajo. Como se ha contado, algunos de los vecinos eran reticentes a aparecer como figurantes. Pero fueron cambiando de opinión. Cuando casi todo estaba concluido, uno de ellos apareció con su hija, una adolescente muy guapa, rogando que la incorporasen. Y el pintor halló hueco para ella. La ayuda de Valentín, el impagable alguacil del pueblo fue fundamental, así como el trabajo de Juan Galindo, joven fotógrafo que filmó el proceso a lo largo de tres meses. Este último colaborador sería, además, el modelo para Jesucristo, tal como aparece en el ábside de la ermita, un Jesucristo sin barba, felizmente resucitado.

        

 

El Aguasvivas, eje fluvial de la comarca, entra en la provincia de Zaragoza por allí precisamente, al pie de la ermita de Sanched. Lástima que desde mediados de los sesenta el río se domesticase, transformándolo en lo que llaman el canal de Moneva, que lo encauza rígidamente desde Blesa, una decisión de tiempos tecnocráticos y que ha hurtado a las nuevas generaciones la experiencia de bañarse en sus pozas, o de escuchar el sonido de su corriente, algo que añoran quienes lo conocieron.

Siguiendo este canal de Moneva es como se llega en coche desde el pueblo hasta la ermita, por un camino que, aun no estando asfaltado, puede transitarse con cualquier coche sin problemas. Al llegar allí, nos reencontraremos con el cauce del río, al que asomarnos desde una plaza o mirador junto a la iglesia, en un paraje que nos recompensará por su belleza, y nos recordará que nuestros antepasados sabían bien dónde edificar sus ermitas y santuarios.

    

Moneva 6 octubre, 2022