El pasado viernes 4 de noviembre, el FRANKFURTER ALLGEMEINE ZEITUNG publicó un artículo sobre Goya, Fuendetodos y la Asociación Territorio Goya que os ofrecemos traducido. Puedes ver el artículo original aquí.

EL PATRÓN DE LA ESPAÑA VACÍA

En un región, que está tan escasamente poblada como el Sahara, Goya puede convertirse en un imán cultural.

Por Paul Ingendaay, Fuendetodos

El vacío, el verdadero paisaje radiante, sin personas, es difícil de describir.

Por ejemplo, Aragón en el noreste de España: se podría dejar vagar la mirada en todas direcciones , caminar en una zona así, dar un paseo, para que en algún momento tu cuerpo exhausto te diga lo inútil que ha sido la idea, ante el silencio de estos páramos, ondeando indiferentemente como olas de la montaña  y dejando que ello te afecte. ¿Pero que nos proporcionaría eso? Al final se mantendría igual la misma inmensidad informal, por lo tanto probemos con cifras. Veamos, el pueblo de Fuendetodos, situado a 45 minutos en coche al sur de Zaragoza y sobre un área de algo más de 60 km2 tan solo están censados 145 vecinos. Pero si preguntas allí te dicen: “Ah! ¿Quieres decir en días entre semana? Entonces solo duermen 80 personas en el pueblo”. Y como hay tanto futuro allí, es fácil describir lo que suceda. En realidad, esta densidad de población por los mil kilómetros cuadrados de la comarca de Belchite, donde se ubica Fuendetodos, resulta análoga a la de muchos lugares del Sahara. En el conjunto de los quince pueblos ni siquiera hay cinco mil almas.

En Fuendetodos – el nombre quiere decir “Quelle von allen”(Fuente para todos) – el año 1746 nacería Francisco de Goya. Goya es el emblema cultural de esta zona, que puede ser tan lúgubre como algunas de sus obras, y de los tres días festivos del año, que señala la página web del municipio, dos son el cumpleaños y la fecha de la muerte del pintor de la corte de Carlos IV y relator implacable de las muertes despiadadas en su ciclo de aguafuertes “Los desastres de la guerra”. Incluso Günter Grass en los años noventa estuvo un par de días dibujando y grabando aguafuertes en Fuendetodos, y presentar así sus respetos al genio de esta disciplina.

Fuera del pueblo, literalmente en la estepa, hay varios descubrimientos cercanos. . Por un lado, un «nevero» — un puntiagudo y extraño montículo de piedra, en cuyo interior se almacenaba nieve helada – al que todavía hoy puede descenderse. En el siglo diecinueve, mucho antes de la invención del refrigerador, grandes bloques de hielo eran transportados a lomos de burros en una noche de marcha agotadora hasta Zaragoza. Los visitantes de la ciudad aprenden de ello: sea cualquiera que sea el progreso técnico esto nos señala que la provincia tiene una larga memoria de sus trabajos tradicionales.

Por otro lado, te encuentras de pronto en el pueblo con una interesante cubierta blanca con techos extraños. El contraste con las casas antiguas es sorprendente. Hace quince años, se inició un ambicioso museo para la creación de obra gráfica contemporánea, en cierta manera podría decirse bajo la protección de Goya. Pero luego vino la crisis inmobiliaria del 2008 y el gran crack: todo un modelo de desarrollo se colapsó. Desde hace más de diez años esta construcción ha permanecido inacabada, y cada año la hierba del campo alrededor crece un poco más alta. El periodista y escritor Sergio del Molino, que vive en Zaragoza la capital comarcal, describe cosas así en su best-seller del mismo nombre acerca de la «España vacía» (Frankfurter Allgemeine Zeitung del 14 de octubre) y de la falta de respeto hacia la gente de los pueblos ejercido por los mundos distantes; pero hay demasiadas ruinas de este tipo en España que todavía podrían despertar a alguien.

Así, ahora existe un nuevo y ambicioso proyecto en marcha. Se llama «Territorio Goya», que consiste en una organización sin ánimo de lucro que busca que toda la comarca del Campo de Belchite con sus quince pueblos en conjunto propaguen la cultura goyesca de manera que el arte viejo y el nuevo se den la mano. Uno de los fundadores, el pintor Ricardo Calero, él mismo llegó a Fuendetodos y rehabilitó una antigua casa  en el centro de la ciudad donde se ha hecho su taller y una vivienda. «Estoy enamorado de este lugar”, dice Calero, mientras muestra al visitante los alrededores, «incluso cuando la vida parece difícil aquí. El paisaje tiene su propia y total belleza, con su luz, las nubes y la amplitud del horizonte.”

A diferencia de los pomposos conceptos utilizados por las autoridades culturales españolas en los días de conmemoración del arte considerado como superior, «Territorio Goya» busca conseguir un interés genuino por el artista español más importante del siglo XIX y por su lugar de origen. Y eso significa, hacer tangible la inmensidad del paisaje como un espacio de resonancia. ¿Puede esto cuajar?  “Al igual que  Stratford-upon-Avon con Shakespeare o Eisenach con Johann Sebastian Bach”, dice el presidente de la Asociación, Julio Martínez Calzón, Fuendetodos y los lugares aledaños del vacíos de Aragón podrían atraer como lugares de peregrinaje en busca de la figura de Goya. Martínez y sus casi treinta colegas – escritores, fotógrafos, historiadores del arte, gente de museos – no quieren rendirse en ningún caso.

Y ni siquiera sería mucho el dinero requerido para comenzar a hacer algo con la estructura del Museo. Podrían empezar con unos cien mil euros. La oportunidad, si eso se consiguiera no sería mala. El Ayuntamiento de Fuendetodos, que consta de cinco personas y un secretario sin voto, ya lo ha acordado por primera vez. El alcalde Enrique Salueña – 59 años, siete en el cargo – dice conversando que este es “un gran proyecto”, y que el Ayuntamiento aportará 43.000 euros, si otras instituciones también se deciden a aportar algo. En un folleto y en la página web   de «Territorio Goya» se describen las ideas. Construir una réplica de dos de las cuatro habitaciones de la «Quinta del sordo», la última mansión de Goya en Madrid  antes exiliarse a Burdeos. En las paredes de esas dos habitaciones de esta casa de dos pisos, el artista pintó hace doscientos años las profundamente pesimistas «Pinturas negras”, las tardías y trascendentes visiones de sus últimos tiempos sobre la miseria, la insidia y la crueldad, que tienen un lugar de honor en el Museo del Prado, pero de las cuales también existen sus fotografías de 1874.

Esa reproducción de parte de la casa permitiría analizar los temas y abrir una crítica actual sobre la obra de Goya. Otra sala estaría destinada a la proyección de películas y reproducciones digitales de alta definición de y sobre su obra. “Hasta hoy”, dice Ricardo Calero, “se han realizado sobre el pintor 266 películas y se posee un enorme fondo documental con el que se puede trabajar». El presidente de la Asociación, Martínez Calzón, ve en esta iniciativa la  oportunidad de acercar la cultura a una región desconectada un motor de desarrollo. Turistas de todo el mundo podrían venir a Fuendetodos, dijo para el F.A.Z., y tal vez fuera posible que el museo se completará un día, para que Fuendetodos pudiera ser un modelo para otros lugares de la “España vacía”. Los fundadores consideran una feliz coincidencia que las quince “Pinturas negras” de Goya coincidan exactamente en número con los quince pueblos de la comarca del Campo de Belchite.

Para recordar la importancia primordial de estas obras, reconocidos artistas y fotógrafos contemporáneos  de España, Italia, Francia, México y los Estados Unidos crearon el año pasado, para cada uno de los pueblos, obras paralelas a gran escala basadas en aquéllas. En Lécera (631 residentes) fue instalada una obra de Txuspo Poyo, la imagen de un elefante frente a un a un túnel que nunca se realizó, como contrapartida de la absoluta soledad en la pintura de Goya, del perro desaparecido en una mitad. Y en Moneva (114 habitantes) como propuesta del fotógrafo francés Rolland Millet, basada en la pintura de Goya “ Utopía o lo inalcanzable” con una fotografía, la de Thomas de Quincey “Los últimos días de Immanuel Kant” y la ruptura provocada por la Ilustración: Una gran mano alcanzando las nubes como en un sueño que se evapora.

Así sueña, impulsado por sus ideas, hablando de arte y cultura en lugar de vivir en el páramo completo. » Sería formidable”, dice el pintor Ricardo Calero, «reconstruir la última residencia de Goya en España”. Significaría el comienzo de la modernidad en la pintura española con un lugar real para conectarse, que aún está por descubrir.