© Museo Nacional del Prado
FRANCISCO DE GOYA. FRANCISCO DE GOYA: DUELO A GARROTAZOS
Para algunos, la Historia de España se puede resumir en ese Duelo a garrotazos que pintó Goya para su Quinta del Sordo. Llevaba más de setenta años respirando en ese país amado y maltratador, y acababa de sufrir la catástrofe de la guerra, el fracaso del experimento constitucional, la represión de los liberales, más el retorno de la Inquisición como pesadilla. No podía ser optimista.
Esta ruda pelea parece una premonición de la sucesión de guerras civiles en que se convertiría la historia de su país a la muerte del rey felón, Fernando VII.
Lejos de una escena costumbrista, o de una metáfora española, puede elevarse a la categoría de lo arquetípico. Antonio Saura, por ejemplo, ve a Caín y Abel en estos jóvenes, es decir el enfrentamiento fratricida primordial.
Al trasladarse de la pared al lienzo, muchos de los detalles de esta pintura se perdieron. Parece que los contrincantes estén hundidos en el suelo, dándole a la escena un carácter aún más extraño, de maldición mitológica. Lo cierto es que las fotografías previas al arranque muestran que las piernas de los duelistas se ocultaban, simplemente, entre la hierba algo crecida.
SANTIAGO YDÁÑEZ: LA RIÑA A GARROTAZOS (EN LA CALLE MAGUILLO)
Al margen de metáfora del cainismo político, en términos intrahistóricos, la pintura es imagen de infinidad de rivalidades entre minorías, barrios, pueblos o hinchadas hispánicas. Un ejemplo es la proverbial rivalidad futbolística existente entre Puente de Génave y La Puerta de Segura, dos pueblos jienenses muy próximos entre sí.
Puente de Génave es la patria chica de Santiago Ydáñez, un pintor muy cercano a sus vecinos, y que suele utilizarlos como modelos, construyendo con ellos su propia mitología. Su versión del duelo a garrotazos la protagonizan dos hinchas, uno de su pueblo y otro del vecino. Estas escenas parten de imágenes fotográficas, que digamos que son una especie de tableaux vivants (cuadros vivientes) berlanguianos.
Ydáñez ha trabajado continuamente sobre Goya, ha intervenido en el Museo Lázaro Galdiano, cerca de sus goyas, ha reinterpretado varias de sus obras. Su propio modo de pintar expresionista lo asemeja a él. Lo cotidiano y la Historia de la Pintura se confunden en su obra con como asunto. Citando sus palabras sobre el maestro Goya: “Yo no lo siento como un extraño, sino más bien como un pariente cercano al que se admira, un abuelo al que no has conocido y del que todos hablan maravillas. Un gran humanizador de fantasmas “.
UBICACIÓN: LA PUEBLA DE ALBORTÓN (PARED JUNTO AL AYUNTAMIENTO)
A modo de ágora, La Puebla de Albortón creó un espacio público, una plaza dedicada a José Gervasio Artigas, fundador de la República Oriental del Uruguay, cuyo abuelo nació es este pueblo. Esa vocación de debate y diálogo quiere contrastar con la imagen arquetípica del duelo a garrotazos, aquí en una versión irónica de Santiago Ydáñez.
Santiago Ydáñez (Jaén, 1967)
Licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Granada. Más tarde participó en talleres con Juan Genovés, Alfonso Albacete, Nacho Criado, Fernando Castro Flórez y Mitsuo Miura
La suya es, sin duda, una de las figuras más reconocibles de la nueva pintura en España. Algo muy peculiar de su trabajo es el diálogo paralelo con la tradición (la tradición de los pintores españoles del Barroco o con Goya) y con la cotidianeidad más estricta. Sus asuntos van desde lo grotesco y lo abyecto hasta lo sublime y lo místico. En ocasiones, utiliza la fotografía como punto de partida para sus proyectos pictóricos o como obras autónomas.
Desde 1994, año de su primera individual en la Diputación de Albacete, se han sucedido sin interrupción numerosas exposiciones individuales y colectivas, planteando proyectos cada vez más ambiciosos.
Lo demuestran, por ejemplo, sus intervenciones en el Museo Lázaro Galdiano, de Madrid (“Las cenizas del ruiseñor”, comisariada por Rafael Doctor), “Ilritorno del paradiso”, en Villa di Livia, Roma, o su intervención en laantigua iglesia de la Compañía de Jesús, en Caravaca de la Cruz (“Deus ex Machina”).
Entre las colecciones que poseen obra suya: Diputaciones de Jaén, Segovia, o Albacete, Museo de Mojácar, Museo de Zabaleta, Fundación Marcelino Botín, Museo Sofía Ímber (Caracas), Venezuela, Colección L’Oréal, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Colección ABC, Fundación CAI, etc.
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